viernes, 30 de agosto de 2013

Carta a mí mismo: El miedo al pop


En este año largo de ausencia, también conocido como Erasmus, no os creáis que solo me he dedicado a rascármelos a dos manos. He bebido, he pasado frío, he creado un miniblog de Erasmus, lo he ignorado a los pocos meses, he bebido, me he comprado una bicicleta vieja, he bebido, he ganado la temida grasita erasmus, no la he perdido y he bebido. Pero también, aunque en menor medida, he reflexionado muy mucho sobre este blog. Lo que representa y lo que me aporta a mí y a vosotros como mis adorados lectores. Y sí, me voy a poner metafísico y espiritual. Dispensen.

Notaréis que ya en sus últimos alientos de vida el blog estaba plagado de, digamos, entradas escritas por obligación. No es cierto, ya que yo y sólo yo decido cuándo publicar y qué publicar, pero al mismo tiempo tenía la sensación de que estaba escribiendo «porque es lo que he hecho hasta ahora y tengo un compromiso implícito con los cuatro (majísimos) gatos que me leen».

No me malinterpretéis. Me encanta escribir aquí porque puedo soltar todas esas burradas hablando de personas que me la traen floja y así me ahorro ser un borde en el día a día (sin mucho éxito).

Pero no era ese compromiso con vosotros lo que más me tocaba la moral. A lo que más le di vueltas es a esas personas que me le traen floja. ¿Me la traen floja realmente? No, ya que les dedico parte de mi tiempo a ver sus vídeos varias veces y destriparlos. ¿Entonces qué coño pasa? ¿Por qué me esfuerzo tanto en expresar lo poco que me gusta? Principalmente porque me lo paso como un enano, pero así sin querer era una víctima de lo que da título a esta, nuestra entrada: el miedo al pop.


A lo largo de este año, me he dado cuenta de algo bestial, y es que la gente le tiene un miedo terrible al pop. Con esto no quiero decir que el pop no sea popular o no tenga influencia en nuestras vidas, ya que la tiene y mucha, sino que se podría decir que está «mal visto» que a alguien le guste el pop. Que simplón, que le gusta el pop. Eso es porque no ha escuchado nada más. ¿Queréis un ejemplo? Leed cualquier entrada de mi blog.

«Qué caca el pop, ¿no? Sí sí, una caca. Es así porque yo lo digo»

Ése era el mensaje que mi blog desprendía por todos sus virtuales poros. Yo juzgaba, como entidad superior, a esa mierdamúsica conocida como «pop». De lo que no me daba cuenta, aparte de lo imbécil y arrogante que podía llegar a sonar, era de que también estaba juzgando implícitamente a toda la gente a la que le gusta el pop, y eso no es bien.

¿Qué dise usted? ¿Hay gente a la que le gusta el pop?

Obiusli. Mucha. Pero poca lo admite. Yo incluido hasta ahora. Lleva tiempo asumirlo. Pero si dices que no te gusta NADA el pop, absolutamente nada, te estás mintiendo a ti mismo. Alguna canción hay por ahí que hace que se te mueva ese alma reseca que tienes. Algún estribillo se te ha pegado y no lo has odiado tanto como insistías en decirle a todo el mundo. No pongo en duda que odiases «I gotta feeling», ni que la voz de Avril Lavigne te irritase el colon, pero el pop mola, y admitirlo es algo que sienta estupendamente.

Encasillarse en un solo estilo cansa. Cansa y cuadricula. Mi estilo de música favorito es, como bien sabéis, la electrónica tristona rara de grupos con vocalista femenina que no conocen ni en su casa. Pero madremía, si a eso le sumas vivir en Suecia con 18 horas de noche diarias durante cuatro meses... la variedad es necesaria. Aprendí a apreciar la música alegre y «estúpida» que tanto me molestaba. Y es que joder, más simple imposible: si no te gusta una canción, dilo, pero si te gusta, aunque no sea «de tu rollo», coño pues dilo también y disfrútala tranquilamente. Que juzguen lo que quieran.

Decidme cuantas veces habéis oído a alguien decir «No, si yo sé que es una mierda, pero lo acabo escuchando». ¿Por qué coño no te ahorras eso y dices que te flipa Scream and Shout, sea sólo por la frase de Britney? Que estas canciones cansan pronto, mientras aún la vivas dilo, coño. ¿Que descubres un temazo techno-country de finales de los 90 con un vídeo muy hortera? Empápate con ese agua de los bebederos de caballos y zorrea encima de un tractor en cuanto se te presente la ocasión. Deja de decir que odias Euphoria cada vez que empieza a sonar si lo que quieres hacer en realidad es ponerte a hacer baile interpretativo con caspa incluida. Deja que se te peguen canciones. Bájate el primer disco de Aqua. Presume de que te sabes Doctor Jones. Que la música está para disfrutarla, coño ya. Ya tendrás tiempo de odiarla después.

¿Qué pasa? Que -oh sorpresa- tengo claro qué música me gusta. La diferencia es que ahora no rechazo ninguna canción que sienta. ¿Sabéis a lo que me refiero? La música la puedes escuchar, pero lo que mola es sentirla. Hay alguna canción que en un primer momento puede que no te llegue, pero después de un tiempo, de casualidad, suena otra vez. Y te gusta un poquito más. Y la escuchas de nuevo. Y te gusta cada vez más. Y cuando crees que no te puede gustar más, esa frase, esa última subida, ese último estribillo, te llega y la sientes. Físicamente. Mariposillas, subidón de adrenalina, pelos de punta, o todo a la vez. Pasa de ser un sonido invisible e incorpóreo a una emoción, una emoción física y real que tú sientes. Y eso es lo que hace que la música sea, para mí, el mejor descubrimiento de la historia.


Imagen de stock de un crío escuchando música para hacer la entrada más llevadera

¿Entonces ahora qué? ¿Qué nos estás queriendo decir con esto, que te vas a volver un defensor a capa y espada del pOp y que te gustan todas esas cosas que criticabas y vas a ser un puritano que respeta a todo el mundo y no quiere ofender a nadie y vas a encontrar tu paz interior y vas a llegar al nirvana?

Pues no. Habré tenido una revelación, pero no me he convertido en un gilipollas. Seguiré haciendo lo mismo de siempre, hablaré genial de la música que me gusta y fatal de la que no. Lo que he criticado lo he criticado porque no me gustaba, y si no me gustaba entonces lo más probable es que tampoco me guste ahora. Que me guste el pop no quiere decir que me guste TODO el pop. Hay música que me parece una mierda y eso lo diré clara y explícitamente. Sin embargo, también diré clara y explícitamente lo que me gusta. Lo hortera me gusta. Este año he descubierto con gusto la época dorada que fueron los años 2000. Hasta 2008 la horterada se sirvió fresquita y como el no va más, cual horchata fuera de Valencia, y con sinceridad me parece fascinante. Desde los chándales de Fergie al cuero amarillo de Mariah Carey, sin olvidarnos de Nelly Furtado y su mutación de perroflauta a fresca, Britney sin pelo y posteriormente bailando como un pato en directo... Ah... Qué bellos momentos. Horribles, pero bellos a su manera.

¿Que por qué son bellos? Pues porque unen. Y esa es la puta clave del pop: el pop une. Todos presenciamos por activa o por pasiva la cabeza afeitada de Britney, todos nos sabemos la letra de Sk8er Boi, todos creímos que los Black Eyed Peas podían llegar a ser respetables, y todos nos creímos que t.A.T.u. eran lesbianas. Y puede que día a día no escuchemos nada de esta música. Pero cuando suena... algo despierta dentro de ti, y no sabes cómo pero, coño, te sabes toda la letra, y cuando te das cuenta estás cantando A Thousand Miles de Vanessa Carlton a pelo gritao y la sientes.

Y te sientes de puta madre.

Bienvenidos.


3 comentarios:

  1. Oooooh, qué bueno que hayas vuelto, y más con semejante entrada.

    Siempre he seguido y tu blog y aunque me encanta, más de una vez he pensado: "a este tío no le podrá gustar tanto la música cuando es así de radical y poco tolerante con respecto a ciertos estilos".
    Y ojo, yo solía ser como tú, rechazaba todo lo "mainstream" (tócate los huevos con la expresión) por ser demasiado normal, simplón y casi vulgar, pero con el tiempo he aprendido a apreciar cada tipo de música, aunque no me guste, y sobretodo a respetar a las personas, escuchen lo que escuchen.

    Se puede ser un indie moderno de mierda y a la vez fan absoluto de Katy Perry, Beyoncé o Leticia Sabater. Y doy fe de esto, pues mis artistas favoritos son Foals, Woodkid y ... tachán... Lady Gaga.

    En fin, la variedad mola, y tu blog mucho más, déjate de tanto Erasmus y vuelve más a menudo ;)

    PD: ¿Sería mucho pedir un minuto a minuto de lo nuevo de la Gaga? Creo que me reiría mucho, y ahí de donde sacar, pinky promise.

    ResponderEliminar
  2. Welcome to my world!
    En mi casa se escucha desde música clásica hasta música latina, pasando por todos los tipos de rock, jazz, tango, música francesa y algo de pop, sí.
    Me gusta esta apertura mental tuya, ¿se aplica también a otro aspectos o solo a la música?

    PD: Como toda regla tiene su excepción...guerra al electrolatino!!¬¬

    ResponderEliminar
  3. Querid@ semianónim@ susus, oído cocina! No es para nada mucho pedir, igual hasta te quedas con hambre. De segundo serviremos algo de alguien mencionado en la entrada, y de postre ya veremos!

    Un saludo y gracias!

    ResponderEliminar

Si algún vídeo no se ve o hay algún enlace roto, avisadme por aquí.
¡Comentad, oh fieles patateros!

Carta a mí mismo: El miedo al pop

En este año largo de ausencia, también conocido como Erasmus, no os creáis que solo me he dedicado a rascármelos a dos manos. He bebido , ...