Aquí se me ve feliz con el susodicho.
Qué decir del disco. Para mí ha sido uno de mis mayores descubrimientos musicales del año. (Doy las gracias a Anna, aunque me la enseñase con otros fines que alabar su música)
La muchacha no tiene más que 20 años, y aunque en sus inicios hacía música reggae, cosa que a mí ni me va ni me viene, ha ido creándose un sonido propio, por muy pedante que suene.
En el primer single se acompañó de Robyn, esa sueca a la que dediqué una entrada en su momento. Decisión más que acertada: Caesar es un temazo de principio a fin, la voz de machopirolo ronca de Coco contrasta a la perfección con la voz aguda de Robyn.
Además el vídeo mola.
El segundo single fue Selfmachine, una canción que por lo menos a mí en un principio se me hizo difícil. Sin embargo, te va enganchando sin que te des cuenta hasta que llega el día del concierto y la cantas a grito pelao como si te fuera la vida en ello.
Y LA LETRA. No suelo fijarme en las letras de las canciones, porque cuando lo hago suelo encontrarme con que hablan de cohetes o con que dicen cosas incongruentes, pero cuando miras la letra de una canción que te sabes un poco a lo kiwi melón y te encuentras con que es una letra buena, con sus metáforas y todo, ves un rayo de esperanza entre toda esa mierda.
Quicker iba a ser el tercer single, pero por motivos que aún desconozco se canceló. Aun así, la canción es cojonuda, y ese pianito ochentero en el estribillo hace que mole el triple. Además, en directo es totalmente apoteósica, y más cuando Coco te señala. DIOS, cuándo vas a volver a Barcelona.
Y el último single es In Spirit Golden, canción que inauguró mi pseudo-sección CDLSQSMIAM.
El estribillo, la letra, los toques electrónicos repartidos discretamente por la canción, todo, TODO en esta canción es perfecto. Es un jodido himno.
Y no sólo merecen la pena los singles, en el disco hay temazos como Party Bag, No Smile, Turn Your Back On Love y Playwright Fate. En sí todo el disco es bueno, os recomiendo encarecidamente que lo escuchéis, y mejor todavía si lo compráis como yo, que debo ser el único en el mundo que todavía compra CDs.
Mi objetividad os abruma, lo sé: está clarísimo que he analizado este disco fríamente y sin dejar que mi opinión se filtre afectando a esta profesional crítica. Sin embargo, he de resumir mis pensamientos al respecto en pocas palabras:
JO-DER, COCO. JO-DER.