Llamarte como un superhéroe y ser sueca no te impide hacer música.

Han pasado dos semanas desde mi última entrada, y la verdad es que dejar a tal niñato durante tanto tiempo en la parte superior de mi blog ha sido un sacrilegio.

Pero es lo que hay, la vida universitaria no es todo vaguear, y mucho tiempo no es que haya tenido ni tenga, pero centrémonos.

Hoy sus voy a hablar de Robyn, que ni es un chico ni el ayudante de Batman, sino una cantante sueca bastante reconocidilla por esos parajes lejanos. La chica parece tener sentido del humor, ya que una vez salió al escenario de esta guisa:

Quizás os suene esta canción suya, que fue pseudo-famosa allá en 2007...

Aunque yo la conocí a raíz de su dueto con I Blame Coco, la gloriosagrandiosafantástica canción Caesar.

Y bueh, a raíz de eso me bajé compré sus dos últimos discos.

La tía esta se habrá propuesto batir un récord Guinness, porque se le ocurrió una genial idea: en vez de sacar un solo disco de unas 12 canciones, sacaría tres de unas 7 canciones cada uno a lo largo del 2010.

Aunque lo lleva jodido, porque todo el mundo sabe que Miley Cyrus existe y lleva sacando discos ininterrumpidamente cada 2 meses desde que tiene 12 años, la sueca no se ha andado con cuentos y ha cumplido su palabra: este noviembre sale la tercera parte de su disco Body Talk.

El primer single de toda esta trilogía es Dancing on my own, que salió allá en mayo.

Viendo este vídeo, se os habrán pasado por la cabeza varias cosas:

1. Hace música electrónica (un aplauso).

2. Pero mira que es fea.

3. ¿Qué cojones es eso que hace con los brazos?

Pero dejando a un lado todo eso, su música no suena mal, por lo menos se deja escuchar.

De lo que ha salido hasta ahora de su trilogía, yo destacaría Dancing on my own, None of dem, Cry when you get older, Hang with me y You should know better.

Sin embargo, no me extraña que estés dancing on your own, como para acercarse a más de dos metros con esos puñetazos que lanzas al aire.

He dicho.